dc.description.abstract | Luego de la renuncia de Porfirio Díaz a la presidencia de la República, Francisco León de la Barra asumió el cargo interinamente el 26 de mayo de 1911, en uno de los momentos políticos más convulsionados de la historia del país. La misión del gobierno provisional era poner fin a la guerra civil, restablecer la paz y el funcionamiento de las instituciones, desarmar a las fuerzas insurrectas y organizar comicios federales para elegir los poderes constitucionales. El gobierno de transición nació en medio de una contradicción esencial: era producto de una revolución popular triunfante cuyos líderes querían impulsar cambios políticos y solucionar los principales problemas sociales y, al mismo tiempo, era visto por los grupos conservadores como el aval de que sus privilegios no sufrirían merma y se mantendrían el orden jurídico, la estabilidad y el funcionamiento de las instituciones. La lucha entre los deseos del cambio y el afán por mantener el statu quo caracterizaron al gobierno interino, cuya naturaleza compleja y contradictoria le restó eficacia y sólo pospuso enfrentamientos mayores. La presencia de Francisco I. Madero tuvo un peso determinante en las principales decisiones políticas tomadas durante el gobierno interino, que no puede entenderse a cabalidad sin analizar el papel de Madero como un poder paralelo que condicionó y acotó en múltiples sentidos el poder presidencial y fue responsable de muchos de los conflictos que ocurrieron en esos meses. En resumen, el interinato fue un breve pero intenso periodo de luchas políticas entre los nuevos y los viejos actores, en el que lo nuevo no terminó de imponerse y lo viejo no logró ser desplazado. | en_US |