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Resumen
Provincia versus capital: pienso que esta fórmula de reiterados opuestos es eco y derivación de la pugna mayor con que usualmente se piensa Latinomérica: Civilización y barbarie. Desde que Sarmiento rotula bajo esta consigna su visión de la querella argentina, hemos aceptado que nuestra geografía social es un divorcio perenne entre una vasta extensión salvaje —desiertos, selvas, planicies sin fin, cordilleras, mares tempestuosos— y el sagrado donde el hombre puede acogerse, la ciudad capital como la fortaleza de los valores urbanos e industriales que otorgan el contraste de la “civilización”. Muchos estudios han corrido su suerte para matizar ese claroscuro elemental (entre ellos, el muy atinado De la barbarie a la imaginación de R. H. Moreno-Durán). En México se ha insistido en que la generación de narradores que aparece en los ochenta se destaca porque retorna temáticamente a la provincia y que, segundo logro, descubre la vida urbana más allá de la capital. Esa novedad de la patria es cierta pero recuerde el lector que desde Clemencia (1869) de Altamirano nuestros buenos literatos han sabido que Guadalajara, Querétaro, Puebla, Zacatecas, Veracruz, Morelia, etcétera, existen. Se menciona este panorama de ciudades de provincia porque desde 1984 Severino Salazar dedica su obra a fabular su natal Zacatecas.*
Subárea de conocimiento
- Cuento [128]